La Habana, septiembre (Especial de SEMlac).- Con cifras récord de acceso a la educación e incorporadas plenamente al trabajo remunerado, muchas cubanas aún se debaten entre su alto grado de participación social y las cargas domésticas heredadas tras muchos años de patriarcado.
Según la publicación Cuba en cifras. Objetivos de Desarrollo del Milenio, editada en 2009 por la ONE, al cierre de 2008 la relación entre niñas y niños en la enseñanza primaria, secundaria y superior era de 95,2 por ciento, 90,7 por ciento y 172,1 por ciento, respectivamente.
Esto significa que por cada 100 varones, había matriculadas poco más de 95 niñas en la enseñanza primaria y alrededor de 91 en la secundaria. Sin embargo, en la universitaria, por cada 100 hombres se sentaban en las aulas unas 172 mujeres, un dato que no pocos expertos atribuyen a la persistencia y estabilidad en el estudio que ellas poseen.
Hoy las cubanas representan más del 46 por ciento de las personas empleadas en el sector estatal civil; superan el 65 por ciento de los profesionales y técnicos, y son el 39 por ciento de los dirigentes del país, lo que no deja muchas dudas acerca del cumplimiento del citado ODM.
Pero puertas adentro de los hogares ellas siguen desempeñando dos o tres jornadas laborales, que a menudo no son visibilizadas ni remuneradas.
De una nota por Dixie Edith en
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