Se desarrollaron cuatro variedades que permiten una mejor adaptación a suelos pedregosos y una alta resistencia a sequías. El objetivo es incrementar la producción del cultivo en el trópico seco, que abarca más de 11 estados.
Estas variedades -identificadas como V-235, Sac’be, Chichen’itza y H-565- fueron creadas por el equipo técnico del científico Noel Gómez Montiel, con la intención de incrementar la producción del grano en esta región del país.
Las variedades son tolerantes a las altas temperaturas, condiciones de sequía, suelos pedregosos, pudriciones de mazorca y enfermedades como la “mancha de asfalto”, originada por el hongo Phyllachora maydis Maubl, que afecta a la mazorca y genera pérdidas en la producción.
En el caso de la variedad V-235, se adapta a suelos con bajas condiciones de lluvia y altas temperaturas, fue generada principalmente para los estados de Guerrero, Oaxaca y Puebla, que tienen estas características.
En tanto que las variedades Sac’be y Chichen’itza se caracterizan por tener altos niveles de proteínas en la semilla y por adaptarse sin dificultades a los suelos pedregosos de la península de Yucatán.
Otra de las variedades que destacan por su adaptación a las condiciones de sequía y que tienen un alto potencial de rendimiento, es la denominada Tuxtepeño, desarrollada para suelos de Guerrero, Morelos, Oaxaca, Colima y Michoacán.
Para este proceso de mejoramiento se tomaron en cuenta las demandas que presentaba cada una de las regiones y se lograron diferentes variedades de maíz de alto rendimiento, amplia adaptación y tolerancia a las sequías.
También se buscó que el grano cumpliera con las exigencias de calidad de la industria harinera de nixtamal y en su contenido proteínico.
Aunado a lo anterior, el INIFAP ─organismo descentralizado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa)─ continúa trabajando para desarrollar más variedades que permitan mejorar la producción de maíz en la región del trópico seco.
Cabe señalar que este año también se puso a disposición de productores de los Valles Altos de México una nueva variedad de maíz denominada H-52, desarrollada por investigadores del Campo Experimental Valle de México del instituto, que es tolerante al retraso de la temporada de lluvias y a enfermedades como el “carbón de la espiga”.
Además, los especialistas del INIFAP identificaron diversas zonas donde los rendimientos en la producción pueden elevarse desde 50 y hasta 100 por ciento con la utilización de esta variedad.
Estiman que en 2010 se alcance una producción de casi 25 millones de toneladas de maíz.
En 2009 se produjeron 20 millones de toneladas de maíz, pero para este año se prevé una producción de 24.9 millones (23.3 de blanco y 1.7 de amarillo).
Esto representaría un incremento de 7.4 millones de toneladas, en comparación con 2000, cuando se obtuvieron 17.5 millones.
El promedio de rendimiento nacional de maíz es de 3.3 toneladas por hectárea, en el caso de Sinaloa su rendimiento es de 9.2 por hectárea.
Las principales entidades productoras son Sinaloa, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Guanajuato y Chiapas.
En México existen cerca de 2.3 millones de unidades agrícolas destinadas a la producción de este grano, y se calcula que a esta actividad están destinadas más de ocho millones de hectáreas y 2.9 millones de productores.
Cortesía 2000Agro / El Financiero en línea
en RazonEs de Ser
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