Vos, que estás leyendo este escrito, eres hijo de un país agrario.
El suelo de nuestra patria es productor de sustancias alimenticias y materias primas.
Tiene cereales, azúcar y vinos, frutas y carnes diversas. Tiene algodón y tabaco, lanas y cueros, maderas y extractos. Nuestra riqueza presente y nuestro bienestar futuro están en el campo.
Nuestro porvenir está en el agro. También la salud de nuestro cuerpo y la de nuestro espíritu.
Si sabemos emplear todas nuestras energías e inteligencia en los trabajos rurales, nunca conoceremos la miseria.
Mira el penoso cuadro actual de millares de hombres jóvenes hacinados en las ciudades, durmiendo a la intemperie, a la espera de un empleo que no llega, mientras el campo se cubre de “yuyos” y de ortiga, si hasta las mismísimas lombrices han emigrado a las ciudades….
Necesitamos indispensablemente para poder crecer social, cultural y económicamente amar el suelo donde nacimos, porque sin amor, sin entusiasmo, toda tarea será pesada y generalmente estéril.
Acuérdate que eres hijo de un país agrario y que nuestro mejor destino está allí, sobre el campo generoso. Ilústrate sobre la ciencia de la agricultura y las industrias del agro.
No hacer nada es cosa que puede hacer hasta cualquier torpe; pero producir es tarea de manos hábiles y laboriosas.
En azul y blanco,
HUGO CÉSAR RENÉS
hcr42@hotmail.com
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