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Enviado el Miércoles, 06 de julio 2005 a las 19:36:04
Enviado el Miércoles, 06 de julio 2005 a las 19:36:04
Tópico: Economía Social
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Hace unos días buscaba una noticia en Internet sobre el seminario que se realizó a finales de junio en Trelew y me sorprendió mucho que los medios locales no dieran cuenta (en Internet, al menos) de los resultados de un acontecimiento tan importante para la región.
Con el lema "otra Patagonia es posible", el seminario-taller organizado por la Red RADAR (Red de Acción, Desarrollo y Ayuda Regional) y el INPADES (Instituto Patagónico de Desarrollo Social) versaba, nada más y nada menos, que sobre la "economía social solidaria y el desarrollo local sostenible".
¿Dónde están los periodistas que ayuden a difundir la posibilidad de una economía solidaria y sostenible en la Patagonia? (Siempre hablando de noticias en Internet, aclaro)
Por suerte, las búsquedas en Internet simpre traen algo interesante :).
Encontré un artículo de Raúl Alesanco, uno de los creadores de la red RADAR... y me encantó.
Aquí lo dejo, a ver si todos nos contagiamos un poco más de las ganas de hacer y de la curiosidad por aprender a usar nuevas herramientas y encontrar una alternativa.
Que sí señor, claro que otra Patagonia es posible, desde su gente y de nuevos conceptos como el de la economía social solidaria.
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"Los $18 mejor invertidos de mi vida"
3 de Marzo de 2005
Raúl F. Alesanco
Coordinador de la Red RADAR
Trelew, Chubut, Patagonia
En el año 1998 hice un curso de cuatro meses patrocinado por el MTSS de la Nación.
Uno de los disertantes invitados sentenció: "Las empresas que no estén en Internet, terminarán en Jurassic Park".
La frase me impactó y la apunté en el viejo cuaderno que siempre me acompaña.
Por ese tiempo, yo sabía bastante de computación pero no me interesaba Internet.
En cambio, seguía profundizando con cursos, congresos y seminarios sobre los temas que siempre me apasionaron: el desarrollo local, la economía social y las micro-empresas productivas.
Mi biblioteca entonces crecía en libros de Estrategia, Marketing, Contabilidad, Gerenciamiento, Economía y algo de Derecho Comercial... pero de Internet, nada.
Cada vez que pasaba frente al Museo Paleontológico de Trelew, me acordaba de esa bendita frase que había escrito.
Cuando me contratan en la Gerencia de Empleo del MTSS de Chubut para trabajar en la liquidación de los Planes Jefes de Hogar, a sólo una semana de estar allí, todo el significado de esa frase se me reveló de golpe, como si fuera una gran presentación audiovisual.
Toda la fuerza de una red de redes gigante como Internet en mi escritorio, pero no de la manera tradicional que generalmente se la percibe (una computadora, un módem o conexión y una línea telefónica con acceso a más datos y a un correo e-mail.)
Lo que pude ver con claridad es el concepto mágico de una red: conectividad.
La conectividad es mucho más que un montón de equipos.
Son las personas que están detrás de esos equipos y sus capacidades.
Son las personas (sujetos y no objetos), sus conocimientos y habilidades, sus personalidades y necesidades... y la otra gran ventaja competitiva: las diversas procedencias geográficas de sus residencias.
Descubrí que había mucho más que un gran disco lleno de megabytes y datos donde buscar información en Internet, hay personas valiosas allí detrás... y eso hace toda la diferencia del mundo, en el mundo de los negocios y en el mundo del trabajo.
Mientras seguía con mi trabajo cotidiano en el Ministerio, rodeado de planes, desocupados y de vez en cuando piqueteros, al mismo tiempo, mi curiosidad e imaginación exploraban todo el mundo de oportunidades que encerraba esta herramienta, claro que me faltaban conocimientos técnicos para todo el plan real que pensaba hacer en el futuro desde el plano virtual.
(No puedo menos que sonreír al recordar a mi joven jefe Fernanda de 27 años (más amiga que jefe) recriminándome en esos lapsos de abstracción : ¡! Raúl... estas disperso, que te pasa?)
Preparé entonces una presentación de la idea en una carpeta de Plan de Negocios y solicité un crédito de $ 5.000 a través de la Municipalidad de Trelew en la Subsecretaría de Trabajo de la Provincia.
Con ello era suficiente para contratar un experto en Internet y el equipo necesario.
Luego de insistir un poco, me lo rechazaron con una sentencia que decía: "Se ha comprobado que Internet no sirve para este tipo de negocios, la mayoría de los negocios basados en Internet, están fracasando."
(Tamaña contestación venida además de los mismos que habían pagado el curso de cuatro meses para decir ojo, van a terminar con los dinosaurios...).
Es desmoralizante para cualquiera, pero en mi caso, la adversidad me estimula, no me plancha... ni me abate.
Así es que recurrí a técnicos contratados en la Municipalidad del área informática para que me den una mano; yo compraría los equipos y ellos contribuirían con el soporte técnico del armado de los sitios.
No era lo ideal, pero estaría poniendo en marcha el sistema.
A los tres meses, ya me di cuenta de que nunca tendría siquiera la primera página terminada.
Mi proyecto entraba en una zona de indefiniciones e inercia que acabaría tarde o temprano en la nada.
Como en mi casa mando yo, un sábado a la mañana mi señora me ordena ir a comprar un pollo al supermercado La Anónima, que cocinaría a la parrilla en esa linda y cálida mañana.
Ya con el pollo en la bolsa, como en la caja había una considerable cola de gente, me distraje mirando las tapas de unos libros en la góndola de ofertas.
Cualquiera a $ 18, decía el cartelito un tanto desteñido y próximo a despegarse.
Allí, entre tantos títulos diversos, uno atrapó mi condicionada atención: "Cómo Crear un Sitio Web", de Editorial MP Ediciones, escrito por Gustavo Katcheroff.
De más está contarles que el libro y el pollo llegaron juntos a mi casa ese sábado inolvidable.
A los tres meses y días, estrenaba mi sitio Web (precario como un Ford T).
A los pocos meses hice mi primer contrato con una empresa de Buenos Aires con la que mantengo negocios, todo un acontecimiento.
Mi primer contrato internacional lo firmé en marzo del año pasado con una ONG de Bolonia, Italia por $ 14.000 y cobré mi primera transferencia por Western Union a los 30 días en el correo local, inauguré los envíos internacionales por FedEx en junio del año pasado.
Hoy tengo un staff de colaboradores profesionales a distancia de primer nivel, en software y equipos el crecimiento es de cuatro veces el inicial y el banco de datos de informaciones de negocio no tiene precio.
Este verano, reacondicioné el sistema de la Red en un diagrama especial mucho más apropiado y, como atractivo extra, inauguré un Mate Bar Virtual que ya tiene 25 parroquianos de Francia, Panamá, España, Cuba, Uruguay, Perú, Italia y por supuesto de Argentina.
A todos, como en los otros 17 grupos de la Red (192 Miembros), los une el interés por la Patagonia Argentina.
Sigo no obstante recomendaciones y ofertas en sitios gratuitos de Yahoo porque me siento muy cómodo y atendido por un excelente servicio de la filial Argentina.
Consultora Calafate es sólo un emprendimiento familiar.
Nació como dice la célebre frase de Theodore Roosevelt: "Haz lo que puedas, estés donde estés, con lo que tengas".
La Red dejó de ser sólo virtual cuando en diciembre del año pasado, en el hotel Touring de Trelew se celebró la firma del Acta de Conformación Legal del primer Consorcio de Exportación para Productos no Tradicionales de Patagonia.
A los pocos días, en el hotel Bauen de Buenos Aires, con presencia de profesionales y moderadores de distintos nodos, dábamos los primeros pasos para constituir la Red Nacional y del MERCOSUR.
La oficina virtual de teletrabajo a distancia se puso en marcha en enero de este año con varias modalidades de contrato freelance.
La semana pasada se llegó al acuerdo de propuestas entre una ONG matriz que asistirá el proceso y la Red RADAR para poner en marcha nuestras 6 provincias como el escenario mayor de lanzamiento de un Proyecto a tres años de posicionamiento de la región dentro de la Economía Social Solidaria.
El seminario taller tendrá lugar los días 18, 19 y 20 de Junio en la Ciudad de Trelew o Puerto Madryn, nos está faltando definir ese punto.
Desde 1997 personalmente, dono dos horas diarias de mi vida como voluntario para la siguiente misión: "Ocupar al Desocupado".
Mi visión es que, muchas personas mayores de 40 años sin empleo pero con experiencias, habilidades y oficios pueden salir de ese flagelo con actitud y templanza... y una mano que le demos nosotros desde una Red que se ocupe de ello.
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