Cierto día, una banda de ladrones irrumpe en un banco después del horario de atención al público, y encuentran al cajero revisando los libros de contabilidad.
Enseguida lo atan y lo amordazan, y se disponen a vaciar la caja de seguridad y las de efectivo.
Cuando están a punto de irse, oyen que el cajero trata de decirles algo a través de la mordaza. Uno de los asaltantes se la afloja para poder oír qué quiere.
- Por favor, llévense también los libros. - Les suplica -. ¡Tengo una diferencia de 5.000 euros!
(Enviado por Paco desde Alcorcón)
No hay comentarios:
Publicar un comentario